ENDOSCOPÍA: LA TECNOLOGÍA QUE REVOLUCIONA LA MEDICINA DIGESTIVA.

¿Cómo funciona,  para qué sirve, quiénes pueden hacérsela, en dónde se aplica y cuáles son las últimas novedades endoscópicas en gastroenterología?

Juan José Santos a sus 30 años empezó a sufrir constantes dolores estomacales. Tratamientos iban y venían, pero nada daba resultado. Tomó desde remedios caseros hasta pastillas para calmar la sensación de acidez, ardor y llenura que sentía. Al acudir al gastroenterólogo su diagnóstico inicial aparente era de gastritis. Sin embargo, el cuadro no pasaba y los dolores abdominales se volvieron más intensos.

Ahí, en ese punto, era tiempo de pasar a una segunda etapa: realizar un análisis más exhaustivo en su interior. ¿Pero cómo hacerlo sin tener que abrirlo o realizar alguna incisión en su cuerpo que le deje una cicatriz de por vida? La técnica más adecuada y recomendada para esto es la endoscopía digestiva. Tal como su nombre en latín lo indica, para “mirar adentro” del organismo y visualizar con certeza lo que está sucediendo con la persona sin necesidad de abrirla.

Para ello, se inserta el endoscopio a través de los orificios naturales del cuerpo, en donde se pueden hacer cirugías altamente complejas, las cuales anteriormente debían operarse con cortes abdominales. “Es un procedimiento en el cual se utiliza un tubo o sonda flexible que tiene una cámara con luz incorporada y un canal que nos permite pasar pinzas (o dispositivos) en su interior. Esto nos ayuda a ver, estudiar y analizar los diferentes aspectos que tiene la mucosa del tracto digestivo en general (en la parte alta y baja), desde la boca hasta el ano”, explica el Dr. Carlos Robles Medranda, Director del Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (IECED).

En rasgos generales, de acuerdo a los expertos consultados, con esta técnica se puede observar con mayor detalle zonas específicas dentro del cuerpo, tomar muestras de tejidos anormales, tratar ciertas enfermedades, extirpar tumores, detener sangrados y extraer cuerpos extraños como objetos o alimentos retenidos accidentalmente en el cuerpo, entre otras cosas.

Aspectos que lo convierten en un examen básico para realizarse por lo menos una vez en la vida. De acuerdo a la Organización Mundial de Endoscopía (WEO) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) toda persona, sobre todo después de los 50 años de edad, debe ser sometida a un procedimiento endoscópico (alto y/o bajo) para descartar la presencia de pólipos en el Colon y otras anomalías, que pueden desencadenar u originar futuros cánceres de Colon, Esófago, Estómago y demás órganos del aparato digestivo.

Tipos de Endoscopías

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Existen varios tipos de procedimientos endoscópicos digestivos, cada uno de los cuales cumple una función distinta. De acuerdo la Dra. Haydee Alvarado, médico especialista en gastroenterología del IECED, “hay cinco técnicas básicas: la endoscopía alta, la endoscopia baja (o colonoscopía), la enteroscopía (o estudio del intestino delgado), la ecoendoscopía y la duodenoscopía”, expone.

El uso de cada una dependerá mucho de la zona del aparato digestivo que se vaya analizar. “Por ejemplo, si se tiene acidez, ardor en el pecho, tos seca crónica, que pueden ser provocadas por la enfermedad por reflujo, gastritis o úlcera, entre otras, el paciente se debe hacer una endoscopía digestiva alta”, comparte el Dr. Robles Medranda.

Por ello, en el caso de Juan José, el procedimiento óptimo para realizarse es la endoscopía alta. Con ésta se puede observar el esófago, el estómago y la primera porción del intestino delgado (o duodeno), que eran parte de las zonas donde se situaba su malestar.

Para este análisis, que puede durar de 15 a 20 minutos (o más, dependiendo del caso), se introduce el endoscopio por la boca para ir minuciosamente observando los órganos superiores del aparato digestivo antes mencionados. Durante el proceso se encontraron varias úlceras en el estómago, las cuales fueron tratadas y cauterizadas al instante por medio del endoscopio, con la inyección de sustancias especiales. “No me dolió ni sentí nada porque todo el tiempo estuve dormido… Después de la endoscopía mejoré notablemente. Seguí unos meses más con el tratamiento indicado, con los medicamentos y la dieta especial que me recetó el doctor hasta que los dolores desaparecieron por completo. Ahora sólo acudo a chequeos de rutina”, cuenta con notable mejoría Santos.

Otra de las técnicas endoscópicas que se realiza con frecuencia es la Colonoscopía. Ésta consiste en la introducción de una sonda a través del ano/recto para analizar la mucosa del colon (o intestino grueso) hasta su unión con la parte final del intestino delgado, sobre todo en pacientes que tienen diarreas crónicas de origen indeterminado, estreñimiento, que tienen dolores fuertes en el abdomen, ante el cambio de la forma normal de las heces o que defecan oscuro (con sangre), entre otros síntomas.

Mientras que, para evaluar al intestino delgado con mayor detalle, se cuenta con la tecnología de avanzada de la cápsula endoscópica. Éste es un pequeño dispositivo desechable, similar a una pastilla, que tiene una cámara en su interior, la cual toma varias imágenes por minuto durante 12 horas, logrando captar aquellas zonas a las que otros procedimientos no llegan.

Como complemento a ésta última en mención, se cuenta con la enteroscopía“una técnica un poco más compleja, que se realiza con un endoscopio de mayor longitud y menor diámetro, que puede ser introducido a través de la boca o el recto, dependiendo de la localización de las lesiones encontradas previamente por el estudio de cápsula endoscópica en el intestino delgado”, detalla la Dra. Haydee Alvarado, gastroenteróloga quiteña especializada en Brasil.

Adicionalmente, existe otro método de avanzada como lo es la ecoendoscopía, que combina dos técnicas: la endoscopía y la ecografía. Éste es un procedimiento novedoso que puede durar de 30 a 45 minutos, posee en su punta un ultrasonido que permite ver detrás de la mucosa. Es decir, “se pueden ver todas las estructuras, incluido el esófago, estómago, duodeno, mediastino, páncreas y la vía biliar de manera mínimamente invasiva y con una gran cantidad de detalles que no se pueden ver incluso en una tomografía o resonancia magnética”, recalca Robles Medranda, quien agrega que la ventaja se dilucida con mayor efectividad sobre todo en pacientes con enfermedades a nivel biliar, pancreático y/o con tumores. “Con la ecoendoscopía podemos determinar el grado de invasión, o si hay masas por detrás, en donde antes necesitábamos hacer una laparoscopía para poder tomar biopsias o ser guiadas por tomografías que tenían que atravesar un sinnúmero de órganos… Ahora lo podemos hacer directamente con una sola técnica y con mucho menos riesgo”, resalta

En general, de acuerdo al Director del IECED, todas las personas que presenten cuadros como “anemia de origen indeterminado, dolor abdominal o del estómago, pérdida de peso de causa indeterminada, vómitos a repetición, vómitos con sangre, pérdida de apetito, dificultad ara deglutir o tragar alimentos, coloración amarillenta de la piel, cambio o color de las deposiciones, diarrea a repetición, antecedentes de cáncer digestivo en la familia, entre otras cosas… Todos ellos, sin excepción, requieren de una investigación endoscópica digestiva”, sea ésta alta, baja o más específica que explore órganos puntuales como la vía biliar o el páncreas.

Tal como fue el caso de María Fernanda, una mujer de 36 años de edad, quien fue diagnosticada con cálculos en la vía Biliar. Los dolores punzantes repetitivos en la zona abdominal, tipo cólico de gran intensidad, no la dejaban en paz. La piel se le puso amarillenta, por lo que inmediatamente fue ingresada al hospital para someterse a una operación de la vesícula biliar.

Aparentemente todo había quedado resuelto. Sin embargo, posterior a la cirugía, los dolores abdominales con similares características continuaron. “Yo pensé que ya no iba a presentar nuevamente cólicos”, narra su peripecia la joven. Volvió a donde el gastroenterólogo, quien descubrió en los nuevos exámenes de sangre y en los estudios de imagen que tenía cálculos en la vía biliar, que es el conducto que elimina la bilis hacia el Intestino Delgado.

En este caso, fue necesario realizar una Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica, más conocida por siglas como CPRE. “Éste es un examen donde se utiliza un duodenoscopio para visualizar directamente el drenaje de las secreciones biliares y pancreáticas al intestino;  y nos permite acceder al conducto biliar para retirar los cálculos”, explica la Dra. Haydee Alvarado, especialista quiteña radicada en Guayaquil.

Otro método para eliminar los cálculos en la vía Biliar es la Coledocoscopía por Spy Glass. Se trata de un estudio complementario al anterior que se realiza con un endoscopio de menor tamaño que sirve para realizar una visualización directa de la vía biliar. Éste se utiliza en casos más específicos, dependiendo del cuadro del paciente.

Por ejemplo, si el cálculo es demasiado grande, ayuda a disolverlo sin mayor riesgo y con más efectividad, puesto que se trata del uso de una tecnología de última generación con alta definición. El Spy Glass que permite realizar la visualización intraluminal completa de las vías biliares, a través de un catéter que se introduce dentro del endoscopio, y que, además de ayudar a romper los cálculos con mayor efectividad, permite tomar biopsias de tumores de los conductos biliares.

ÚLTIMOS AVANCES TECNOLÓGICOS

Al igual que en los televisores, celulares y/o cámaras fotográficas, los avances tecnológicos en el mundo de la endoscopía están en constante crecimiento. Por ello, así como existen endoscopios estándares o básicos, en donde se pueden observar aspectos generales de la mucosa del tracto digestivo; también hay endoscopios con alta definición (o High Definition), con mayor cantidad de pixeles y filtros, con los cuales se pueden ver mayores detalles que antes no se percibían en lo absoluto en la mucosa. Por ende, es posible diagnosticar y tratar de manera más eficaz y eficiente las distintas enfermedades o anomalías del aparato digestivo.

Por ejemplo, existen endoscopios con magnificación óptica. Es decir, que poseen lentes especiales que amplían la imagen de la mucosa (interior de los órganos digestivos) hasta por 150X (cual lupa).

Una de las técnicas más avanzadas es la Endomicroscopía Confocal, que permiten la visualización de células en vivo a través de microscopios. Adicionalmente, existen endoscopios con sistemas de filtros electrónicos incluidos que realzan en general las estructuras del aparato digestivo, así como las vasculares. “Eso permite guiarnos sobre lo que estamos viendo, predecir histológicamente las lesiones para poder realizar tomas de biopsias y decidir de manera más oportuna lo que se debe hacer durante el estudio, tratamiento y diagnóstico del paciente”, explica Robles.

 

 

 

 

También existe la Cromoendoscopía Electrónica, con la cual se aplican colorantes específicos sobre la mucosa intestinal. Esta técnica favorece la visualización, detección y tratamiento precoz de lesiones intestinales, con lo cual se puede evitar la progresión de las mismas a lesiones malignas más avanzadas.

De acuerdo a los especialistas, los colorantes empleados habitualmente en la cromoendoscopía contrastan y/o resaltan áreas alteradas de la mucosa, las cuales podrían pasar desapercibidas en las colonoscopias habituales. Esto ayuda con más eficacia a tomar muestras (biopsias) de todas las lesiones visualizadas.

Cabe recalcar, que todas estas técnicas están disponibles en el Ecuador en centros médicos como el Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (IECED), que es el único en el país en realizar la Coledocosopía por Spy Glass y el primero en Latinoamérica en realizar Endomicroscopía Confocal.

PREPARACIÓN DEL PACIENTE

La preparación de paciente va a depender del tipo de endoscopía que se realice. Como reglas generales, la persona debe acudir en ayunas, no ingerir alimentos la noche anterior o más de 24 horas, e ir en ayunas el día del examen. Para el caso específico de la Colonoscopía, el médico especialista le enviará a tomar laxantes específicos para dejar limpio y despejado el ducto del colon (o intestino).