Fibrosis hepática: una alerta roja para tu hígado

Fibrosis hepática: una alerta roja para tu hígado

Es la acumulación de tejido cicatrizal y fibras de colágeno en el hígado, como resultado de su inflamación y la muerte de sus células sanas. La fibrosis del hígado resulta en un flujo sanguíneo reducido a través del hígado. A medida que se pierde el tejido sano del hígado, el hígado también pierde su capacidad para funcionar. Sin tratamiento, la fibrosis de hígado puede progresar hacia cirrosis de hígado, fallo hepático, y cáncer de hígado

Causas

Las principales causas para que una persona desarrolle fibrosis hepática están vinculadas a varios factores. Uno de ellos, considerado el principal en el Ecuador es el hígado graso, asociado a la mala dieta alimenticia de los ecuatorianos.

En este país, la cirrosis es parte del top 10 de las causas de muerte según reporte del INEC del 2021. Es importante resaltar que cinco de cada cien personas con hígado graso desarrollan Cirrosis (que es la fase final de la Fibrosis Hepática), resaltando que no todas las personas que tienen el hígado graso terminan con Cirrosis.

Otra de las principales causas es la infección crónica del hígado provocada por los virus de la Hepatitis B (HB) y Hepatitis C (HC), las cuales, debido a su naturaleza compleja, hacen que el hígado este más propenso a acumular fibrosis. Según estudios de salud de EE.UU., en este país la HC es el primer factor asociado a la Cirrosis.

El género y la edad son otras de las causas. Estudios de la Organización Nacional de Afectados por Hepatitis Virales (ONAH de España) revelan que los hombres son más propensos que las mujeres, así como también las personas mayores de 50 años.

Adicionalmente, se ven afectadas las personas inmunodeprimidas (infectadas con VIH o cáncer), diabéticas (sobre todo los resistentes a la insulina inyectable), hipertensas, insuficientes renales crónicos, obesos y quienes consumen alcohol en exceso, entre otros.

Ahora bien, de acuerdo a la Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis (ASSCAT) “la fibrosis hepática no se desarrolla a la misma velocidad en todos los pacientes y de hecho en algunas personas con Hepatitis C o B (u otras condiciones), permanecen estables”. En otras palabras, la progresión de la enfermedad no es lineal y, aparentemente, se acelera en sus etapas más avanzadas y de acuerdo a la cantidad de factores que posea cada persona. “Se ha demostrado que la suma de factores hace a la persona más proclive a tener FH en etapa avanzada (F4) o Cirrosis”, confirma la Dra. Hannah Pitanga.

Síntomas

Hablar de síntomas en la cirrosis es casi imposible, ya que suelen ser silenciosos y progresivos. Se puede vivir con ellos sin que uno se percate de su presencia hasta cuando estén muy avanzados o cuando ya no haya marcha atrás. Por ello, la Fibrosis Hepática puede ser considerada como una condición degenerativa ‘muda’ del hígado, que lleva a la persona en su etapa final a desarrollar Cirrosis.

¿Cómo detectarlo?

El grado de la fibrosis del hígado puede ir de 0 a 4, tal y como se detalla a continuación:

Clasificación

  • Estado 0: No hay fibrosis.
  • Estado 1 (F1): Hay fibrosis leve.
  • Estado 2 (F2): Fibrosis moderada.
  • Estado 3 (F3): Fibrosis severa.
  • Estado 4 (F4): Cirrosis.

Existen varios procedimientos por medio de los cuales se determina el grado de fibrosis, tales como.

  • ECOGRAFÍA ABDOMINAL, que permite ver las características generales del hígado y, aunque de manera muy básica, ayuda a saber si el hígado está juntando o no grasa. Anomalía que también se logra divisar con la ecoendoscopía, como un resultado extra que se obtiene durante la exploración digestiva del paciente, por otras causas correlacionadas.
  • PRUEBA SANGUÍNEA, no suele ser 100% falible, pero en caso de detectar indicios de FH, se accede al siguiente paso.
  • ELASTOGRAFÍA HEPÁTICA nos permite la confirmación del diagnóstico a través de un método innovador realizado en EndoscopyNet y el Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (IECED). Este procedimiento es llamado también elastografía impulsional. Es un procedimiento NO INVASIVO de última generación, rápido, sencillo y seguro que se realiza con un aparato conocido como Fibroscan.

“Es una prueba que permite determinar, a través de la elasticidad de los tejidos, si el hígado está enfermo y en qué etapa se encuentra”, explica el Dr. Carlos Robles Medranda, Director del IECED. Además, puede medir el grado de grasa del hígado.

De acuerdo al Dr. Rolando Ortega, gastroenterólogo y hepatólogo clínico colombiano, quien es experto en el uso del Fibroscan, se trata de un equipo de ultrasonido unidimensional que envía un impulso al hígado registrando el grado de fibrosis y cirrosis del mismo, sin necesidad de hacer biopsias hepáticas. “Esto ha permitido reducir hasta en un 75% las biopsias y los costos de diagnósticos”, explica Ortega, debido a que se logra medir a través de impulsos el grado de dureza del hígado.

En otras palabras, si es más duro el tejido, más rápido viaja el impulso, lo que implica que el hígado es cirrótico. Mientras que, si viaja más lento el impulso, significa que el hígado es más sano. “Y en cuestión de unos pocos minutos, sin necesidad de cirugía, con solo apuntar sobre la piel la ‘pistola’ (o palanca) del Fibroscan, es posible saber si el hígado del paciente es o no cirrótico”, advierte la Dra. Pitanga, quien es la única en Guayaquil quien realiza este procedimiento.

  • BIOPSIA HEPÁTICA, un procedimiento tradicional INVASIVO, en donde se extrae una muestra de tejido, a través de microcirugía.

Tratamiento

Una vez determinado el grado de fibrosis hepática es momento de proceder con el tratamiento. Si el hígado se encuentra en sus primeras etapas (F1 o F2), todavía hay tiempo de que se autorepare de manera natural y regrese a su estado sano, con la debida intervención y control del caso. Mientras que, si se encuentra en la etapa F3 y F4, es más difícil lograrlo, pero no imposible.

Para ello, de acuerdo a los expertos consultados, lo que se hace es atacar las causas. Por ejemplo, si es una persona que tiene Hepatitis B o C, se trata la enfermedad. O, si su causa principal es el alcohol, se debe dejar de tomar.

Mientras que, si es por tener el hígado graso, que es la principal causa de fibrosis en nuestro país, implica modificar modos de vida basados en dieta y ejercicios. Según estudios, estos dos aspectos modifican de manera efectiva el curso y progreso de fibrosis hepática.

La recomendación es: hacer ejercicios cardiovasculares durante 30 minutos por día, 5 días a la semana (como mínimo). En lo que respecta a la dieta, hay que restringir el consumo calórico por día.

Es importante evitar los carbohidratos y frituras en exceso. Esto, traducido en un plato ideal de comida significaría componerlo de la siguiente manera:

  • 55% a 60% de carbohidrato
  • 15% a 20% de proteína
  • 25% de grasa (saludable, de origen natural como el aceite de oliva y frutos secos).

Por otro lado, aclaran los expertos, con relación al consumo de vitaminas, la única que ha demostrado ser efectiva para la restauración del hígado, inclusive en su etapa cirrótica, es la VITAMINA E.

Por último, si el hígado ya se encuentra en estado cirrótico (F4), debe controlarse en un centro especializado para analizar el caso de forma individual y así determinar el tratamiento más efectivo a seguir. Cabe recalcar que, el hígado con Cirrosis se mide por dos cosas: si es compensado o descompesado. En el primer caso, el paciente puede tener un promedio de vida normal durante 10 a 15 años. Mientras que, en el segundo caso, el riesgo de desarrollar cáncer y morir es alto, por lo que la opción más óptima y viable es el trasplante de hígado.

En general, una persona tarda de 20 a 30 años (o menos, dependiendo del caso y de los factores) en desarrollar Fibrosis Hepática en su estadio (F4) o Cirrosis.

Share this post