Hepatitis: Una detección a tiempo hace la diferencia
El 57% de pacientes con cirrosis y el 60% de personas con cáncer de hígado adquirieron estas enfermedades por causa del virus de la hepatitis B o C
“Más de 400 millones de personas en el mundo están afectadas por virus de hepatitis; de ellas, 1.4 millones de personas mueren cada año por la infección por virus de hepatitis B y C. Se estima que 5% de personas viven con Hepatitis crónica, saben q tienen la infección y solo el 1 % recibe tratamiento.”, expuso el Dr. Javier Mora, hepatólogo y colaborador externo de IECED.
Ante esta realidad y, debido a que la mayoría de personas infectadas desconocen que tienen estas enfermedades, en el 2010 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 28 de julio como el día mundial contra la Hepatitis, en honor al natalicio del científico norteamericano Samuel Blumberg, ganador del premio Nobel de Medicina, quien descubrió el virus de la hepatitis B.
Marcos padecía de dolores abdominales, fatiga y falta de apetito. Síntomas aparentemente comunes y de poca alarma. Sin embargo, otras dos señales inusuales saltan a la luz: sus ojos y piel se tornaron amarillos. Tras varios exámenes y análisis de laboratorio, es diagnosticado con Hepatitis B, una de las 5 hepatitis virales que existen.
¿Qué es la hepatitis?
Tal como su origen lo indica (hepa= hígado, itis= inflamación), es la inflamación del hígado. Ésta puede ser aguda o crónica (pasado los 6 meses), dependiendo de la causa, provocando una mala función del hígado. Es decir, afectar su misión de desintoxicar la sangre, metabolizar los carbohidratos y las proteínas, evitar hemorragias a través de un proceso de coagulación, almacenar ciertas vitaminas del cuerpo, e inclusive provocar insuficiencia hepática grave como cirrosis y cáncer, entre otras.
¿Cómo detectarla?
“Tan solo con una muestra de sangre, extraída de manera intravenosa, se puede saber si el paciente tuvo o si aún tiene el virus, o si el cuerpo desarrolló los anticuerpos necesarios contra la infección. Es un aprueba fácil, rápida e indolora, que se puede realizar en cualquier hora del día, ya que no es necesario estar en ayunas”, afirma Fabricio Echeverria laboratorista clínico de LABS.
En total, hay nueve pruebas básicas de sangre que detectan cada una de estas afecciones: Hepatitis A IgG e IgM, Hepatitis B antígeno (HBS AG), Hepatitis B anticuerpos (HBS AC), Hepatitis B Anti core IGG, hepatitis B Anti core IgM, Hepatitis C Antic HCV, Hepatitis C Antic W Blott, Hepatitis D IgM anticuerpo, Hepatitis D HDV AG.
Las hepatitis virales se clasifican con las letras del abecedario en el orden que fueron descubiertas. De ahí que son de tipo A, B, C, D y E. Y, a diferencia de lo sucedido con Marcos, no todas generan síntomas de alertas, debido a que algunas son silenciosas.
- Hepatitis A (VHA): la más común
Es uno de los virus más frecuentes. Se transmite por el consumo de alimentos y/o líquidos contaminados con heces de una persona contagiada. Raramente es mortal, produce síntomas como: dolor de barriga, diarrea, fiebre y, en algunos casos, coloración amarilla en la piel (ictericia).
Se presenta con más frecuencia en niños, pero no se descarta el contagio de adultos, que en algunos casos están expuestos a desarrollar insuficiencia hepática. Generalmente el organismo elimina el virus sin tratamiento. Además, se cuenta con vacuna.
- La más agresiva: la Hepatitis B (VHB)
La Hepatitis B puede ser aguda o crónica. La primera es eliminada por el mismo organismo, mientras que la crónica, que se presenta pasados los 6 meses, es considerada la más agresiva de todas porque persiste toda la vida.
Se contrae por fluidos corporales como la sangre o el semen de la persona infectada, sobre todo, durante relaciones sexuales sin protección; al reusar agujas en transfusiones sanguíneas; manipular inadecuadamente desechos médicos y durante el parto por infección vertical (de madre a hijo), entre otras causas.
En ambos tipos de hepatitis B (VHB), se puede presentar como una gripe común. En otros casos, puede presentar ictericia (coloración amarilla en la piel y los ojos), orina de color oscura y deposiciones pálidas. Sin embargo, no todos presentan síntomas y la única forma de detectarse es con exámenes de sangre.
“El 57% de pacientes con cirrosis y el 60% de personas con cáncer de hígado (hepatocarcinoma) adquirieron estas enfermedades por causa del virus de la hepatitis B o C (el más crónico)”, indica el Dr. Mora, especialista hepático del IECED.
Según datos de la OMS, “se estima que 296 millones de personas padecían infección crónica por el virus de la hepatitis B en 2019, y cada año se producen 1,5 millones de nuevas infecciones”. La organización añade que, durante el mismo año, “la hepatitis B causó unas 820.000 muertes, principalmente por cirrosis o carcinoma hepatocelular (cáncer primario del hígado)”.
Es importante considerar que el 5% de los pacientes con VHB aguda van hacia la cronicidad. Ocurre cuando la inflamación en el hígado provocada por este virus se prolonga por más de 6 meses, aumenta el riesgo de fibrosis, cirrosis e incluso podría terminar en un cáncer, aumentado así las insuficiencias hepáticas.
“Actualmente existe una vacuna contra el virus de la hepatitis B y su efectividad es del 95%”, menciona Mora. Por lo que, aconseja la vacunación para prevenir el contagio del VHB, en especial el personal que labora en centros médicos.
- La más silenciosa: hepatitis C (VHC)
Es la más silenciosa de todas porque no presenta síntomas. Es la mayor razón por la que el 80% de los pacientes van hacia la cronicidad debido a que desconocen que la padecen y, cuando es diagnosticada tarde, es más difícil dar tratamiento, provocando mayor riesgo de cirrosis y cáncer de hígado.
Su contagio se produce en el intercambio de jeringas entre personas que usan drogas intravenosas; al compartir utensilios personales como rasuradoras, el uso de la misma aguja en lugares donde tatúan o algún tipo de herramienta que pueda causar lesión en la piel. También se puede adquirir por la poca higiene durante procedimientos invasivos (como cirugías complicadas) y a través de transfusiones sanguíneas.
- Sin la una, no existe la otra
El virus de la hepatitis D (VHD) requiere la presencia del virus de la hepatitis B (VHB) para replicarse. El VHD afecta en el ámbito mundial a casi el 5% de las personas con infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB).
De acuerdo a la OMS, cuando esto sucede, “se considera la forma más grave de hepatitis vírica crónica, dada por su progresión más rápida hacia el carcinoma hepatocelular y la muerte por fallas hepáticas… Y al menos un 5% de las personas con infección crónica por el VHB también están infectadas por el VHD, lo que significa unos 15 a 20 millones de infectados por el VHD”. Sin embargo, esta estimación mundial no es exacta, dado que muchos países no aportan datos sobre la prevalencia del VHD.
Entre los grupos de población con más probabilidades de esta infección hepática se incluyen las poblaciones indígenas, las personas que se someten a hemodiálisis y los consumidores de drogas inyectables.
Es posible combatir la hepatitis D (VHD) a tiempo aplicándose la vacuna de la hepatitis B.
- Se focaliza en Asia
El virus de la hepatitis E (VHE), se transmite a través de agua y alimentos contaminados. Es frecuente en países con deficientes condiciones higiénicas y de escasos recursos. En algunos casos, suele ser controlada, pero en otros puede ser fulminante causando muertes por insuficiencia hepática aguda.
Si bien es cierto, la VHE afecta a personas de todas las partes del mundo, ésta tiene una mayor prevalencia en Asia Oriental y Meridional. Y, a pesar de que existe una vacuna capaz de prevenirla; solo está autorizada y disponible en su país de producción: China.
Según datos de la OMS, en el año 2015, esta infección ocasionó cerca de 44.000 defunciones (lo que representa el 3,3% de mortandad a causa de una hepatitis vírica).
Para reconocerla, en su fase inicial se presenta fiebre leve, disminución del apetito (anorexia), náuseas y vómitos, aunque por pocos días; algunas personas pueden tener también dolor abdominal, prurito (sin lesiones cutáneas), erupciones cutáneas, o dolores articulares. También puede presentar ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos) con orinas oscuras y heces claras, y un ligero aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia), con dolor a la palpación.
Las hepatitis virales NO se contagian por vía aérea.
Es importante frenar la discriminación, ya que no se contagia por estornudar, tampoco por dar la mano, abrazarse, ni a través de la lactancia materna. La mejor manera de combatirlas es informándose y educándose al respecto.
“La hepatitis no puede esperar” es la premisa de varios organismos internacionales que formaron parte de la Cumbre Mundial contra la Hepatitis realizada en Junio/2022, para la búsqueda de una erradicación de la enfermedad viral para el 2030.
Durante la cita se hizo un llamado a los países, las agencias mundiales de salud y los donantes para que se comprometan a priorizar y financiar programas integrales contra la hepatitis para que todo el mundo tenga acceso a prevención, pruebas, tratamiento y atención asequibles.
“Todos los países del mundo se han comprometido a eliminar la hepatitis viral para el 2030. Pero aún nos hace falta una pieza crucial en este rompecabezas, descubrir a esas personas que desconocen que tienen hepatitis e incluirlas en el cuidado y tratamiento de la enfermedad”, recalca Raquel Peck, directora ejecutiva de la World Hepatitis Alliance.
Según datos del Ministerio de Salud Pública de Ecuador (MSP), desde el año 2016 el número de casos reportados a nivel nacional fueron de 11.439 versus a los 13.769 casos repostados en 2018, evidenciándose un incremento del 20.37%.
En el caso de niños, tras la alerta generada por la OMS, por el aparecimiento de casos de hepatitis infantil aguda severa, en el mundo, al momento el MSP levantó la alerta de vigilancia para todo el sistema de salud del país frente al posible aparecimiento de síntomas relacionados a esta patología, aunque aún no hay registro de casos a nivel nacional.
Una detección a tiempo hace la diferencia
Por ello, el Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas IECED, tras realizar exámenes de sangre para determinar la existencia de hepatitis, pone a disposición un método para determinar el estado del hígado. Se trata de la elastografía hepática, también llamada elastografía impulsional; un procedimiento NO INVASIVO de última generación, rápido, sencillo y seguro que se realiza con un aparato conocido como Fibroscan.
El Fibroscan, es un equipo de ultrasonido unidimensional que envía un impulso al hígado registrando el grado de fibrosis y cirrosis del mismo, sin necesidad de hacer biopsias hepáticas lo que ha permitido reducir hasta en un 75% los costos de diagnósticos.
“Es una prueba que permite determinar, a través de la elasticidad de los tejidos, si el hígado está enfermo y en qué etapa se encuentra”, explica el Dr. Carlos Robles Medranda, director del IECED. Además, puede medir el grado de grasa del hígado.
En general, las hepatitis virales no precisan de un tratamiento exacto, ya que en cada caso se debe observar cómo reaccionan los anticuerpos frente a la infección. Por ello, hay que tener al paciente bajo vigilancia médica incluso luego de los 6 meses, ya que después de este tiempo se puede convertir en una hepatitis crónica y se debe aplicar otras medidas para erradicar la infección.
Fuentes:
Endoscopy, IECED, OMS, https://bit.ly/2QUJf8r; https://bit.ly/2utp0pl; https://medlineplus.gov/spanish/hepatitisb.html; http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-d, Medicinaplus; https://www.salud.gob.ec/ecuador-mantiene-vigilancia-ante-alerta-por-hepatitis-aguda-grave-en-infantes/